7.9.06

Francesco Costacurta

Hoy analizaremos La comunión de Genarito (La famiglia di Giorgio Campodonico), obra del controvertido pintor napolitano Francesco Costacurta.
En primer lugar, cabe destacar la destreza con que Francesco ejecutara esta pintura; un óleo sobre lienzo que, a simple vista, presenta las características de un dibujo realizado con grafito sobre papel. Este enroque técnico no es un simple ejercicio lúdico; sin dudas, alude a la crisis que atravesaba la escuela napolitana hacia mediados del siglo XVII. Valiéndose de su virtuosismo, Francesco engaña al neófito, a la vez que invita al espectador experimentado a reflexionar sobre los valores estéticos: “abandonar las tendencias manieristas y recuperar la struttura”, es su claro mensaje.


En lo que respecta a los fundamentos simbólicos de la obra, es evidente la despiadada crítica que Francesco hace a la institución religiosa: el mero sacramento convierte al niño Genarito en un hombre maduro. Si bien, aún conserva su estatura de infante, su semblante expresa la resignación propia de la adultez; la pérdida de la inocencia. A sus espaldas, un balón ya inalcanzable atestigua este desmembramiento moral.
Una peculiaridad que distingue a los cuadros de Francesco, es la presencia de un signo de “doble lectura”. En La comunión de Genarito, lo encontramos en el enigmático personaje que aparece hacia la izquierda, de espaldas a la escena. Este representa, en un sentido literario, el futuro de Genarito; y, desde un punto de vista político, a la sociedad italiana, indiferente ante el problema de la niñez.
Finalmente, haremos mención al vestuario de los personajes: baste observar el calzado deportivo que lleva puesto el “sacerdote”, para comprender por qué Francesco Costacurta, pintor del siglo XVII, además de ser un gran artista, fue un visionario.